Despues de mil horas arriba del micro, llegamos a la frontera con Nepal.
La salida de India fue una de las cosas mas bizarras que nos pasó en el viaje, al menos hasta ahora.
Llegamos de madrugada, los pueblos fronterizos suelen ser medio fantasmas, imaginen el borde India-Nepal... daba miedo! Caminamos por el medio de la calle, no habia luces, no veiamos nada sólo la barrera al fondo, y hacia ahi fuimos, al llegar el guardia nos dice que pasemos, pero no nos habian sellado el pasaporte, mediante señas nos hicimos entender y el militar nos indicó una garita donde nos sellarian el pasaporte. Los oficiales estaban durmiendo, uno se levantó, se puso un pantalón y nos atendió, el otro estaba durmiendo en taparrabos ahi al costado, yo no podía aguantar la tentación de risa, pero estabamos en la frontera y las cosas se pueden complicar si te empezas a cagar de la risa, no es educado ni politicamente correcto pero juro que ameritaba.
El militar miraba mi pasaporte y no entendia que mi visa era doble, no multiple (en caso de ser multiple tenía que esperar 2 meses para volver a India, pero ya teniamos el vuelo a Bangkok desde Calcuta) asi que si o si tenia que hacerme entender y asegurarme de que iba a poder volver a entrar al pais en una semana, el pobre hombre entre lo dormido que estaba y que no entendia demasiado ingles, decidió pasarle el problema al otro, asi que pasé a explicarle la situacion a un militar en calzones, literal!!!
Con Mogas no atinamos ni a cruzar una mirada porque sabiamos que podia ser letal. Lo que hace el control mental y la meditación.
Finalmente salimos de India, en Nepal teniamos que tramitar la visa, yo pense que nos atendian en pelotas directamente, pero no, los militares nepalíes son mas serios.
Y cruzamos una frontera mas. Una nueva bandera para coser en la mochila.