jueves, 5 de agosto de 2010

Un golpe bajo...

La ciudad de Shiva es uno de los lugares sagrados de la India, donde miles de peregrinos van a morir a orillas del Ganges, porque creen que si mueren en Varanasi, rompen con el ciclo de la vida y de la muerte y ya no vuelven a reencarnar.

Varanasi es un laberinto de callejuelas sucias y malolientes, llenas de basura, vacas, mierda de vacas y mucha, pero mucha gente. Es imposible no perderse en esos pasillos, el ambiente es muy denso y la energía es pesada, al menos esa es mi impresión. Si bien encontré mucha gente a la que le encantó la ciudad, es uno de los peores lugares en los que estuve, y si me preguntan, a mi no me gustó.


Y es cierto, la vida y la muerte también, transcurren alrededor de los gaths, donde la gente se congrega con diferentes motivos: se bañan, nadan, lavan la ropa, llevan a lavar a sus bufalos, se sientan a meditar, y donde también van a morir.


Nuestro hotel estaba situado en Manikarnika, el ghat del crematorio, donde 24 horas al dia creman gente, me acerque a verlo con mis propios ojos y es impresionante ver diez piras funerarias ardiendo al mismo tiempo y como siguen llegando mas cuerpos, una de las cosas mas fuertes que vi en mi vida. Y lo que mas me sorprendió es que a los cinco minutos de estar parada ahí, ya resulta algo “normal”.


Se me acercó un chico de unos 12 años y me contó que al crematorio van solo los hombres, porque las mujeres lloran mucho y en ese lugar no esta permitido llorar, primero llevan el cuerpo a purificarlo en el rio Ganges, lo afeitan, incluyendo la cabeza, y luego preparan el cadaver para la cremación, que dura 3 horas y consume unos 45 kilos de leña aprox. y el costo del servicio depende de la calidad de la madera, la mas barata cuesta 5 rupias el kilo, la madera de sándalo es la mas cara, no pregunte a cuanto esta el kilo porque por ahora no estoy interesada. Esto es lo loco, que por un momento estaba flasheada, anonadada con lo que miraba, y al rato surgía algún chiste de humor negro.

Me contó que las mujeres embarazadas, los bebes, los sacerdotes y los leprosos no se creman, porque son seres puros (los leprosos porque llevan la marca de dios ¿?), directamente son arrojados al rio atados a una piedra pesada para que no floten, aunque muchas veces se sueltan de la piedra y terminan emergiendo. En las orillas de los ghats es difícil verlo, pero en el margen de enfrente se ven los cuerpos semi consumidos, como cuando uno ve los costillares de las vacas muertas en el campo, asi se encuentra uno con los huesos humanos, es muy pero muy fuerte pensar que fueron personas y ahora están tirados ahí, sin sepultura, a merced de los perros y los cuervos.


Varias veces en el paseo al atardecer en el Ganges tuve que respirar profundo.

Si bien es cierto que el rio está muy contaminado, tristemente nuestro Riachuelo esta mucho peor y aunque resulte increíble, el Ganges no huele mal. Y mientras duraba nuestro paseo vimos los crematorios, una regata, una competencia de natación, la gente que se acerca a meditar en los ghats y cruzamos hasta la orilla de enfrente para ver el atardecer.


La ciudad se calma y toma otro calor al atardecer, cuando empieza la ceremonia en la que se congregan todos en el ghat a cantar y ofrecer ofrendas de flores al rio, el Ganges se llena de las luces de las velas y las flores y finalmente uno se va a dormir mas tranquilo, olvidando un poco lo duro del dia.
 
 

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