viernes, 26 de marzo de 2010

En todos los viajes se pierden cosas

Esto dice uno de los cuentos de Gabriel Garcia Marquez, y yo lo aprendí en carne propia varias veces, la peor fue cuando perdí la mochila viajando a La Rioja. Pero en todos los viajes estoy casi segura que algo perdí u olvide, por ejemplo en los últimos viajes: volviendo de chile perdí el tubo y poster y volviendo de Córdoba una malla.
Salimos de Heatrow un aeropuerto bien primer mundo rumbo a Grecia, con un billete de una compañía aérea no low cost. El viaje de casi 4 horas fue sin problemas, la comida muy buena, una peli que ya había visto pero podía verla de nuevo, todo ok. Al llegar nos dirigimos a la cinta transportadora a la espera de las mochilas, vemos que las cinta pasa, que varias valijas dan un par de vueltas, que la gente se empieza dispersar, que la cinta sigue dando vueltas vacía, y de golpe se para. En ese mismo instante llega alguien de la compañía aérea dicendo que no hay nada mas de equipaje que vayamos a llenar los papeles para la denuncia. Ehhh, ahhh, como así como así me estas diciendo que no sabes donde están mis cosas y me vas a dejar en bolas en Grecia??? Se me cayeron un par de lagrimas de la impotencia porque ni en ingles podía hablar, tenía que decir el numero de mi casa y me había olvidado.
Pensé en todos los preparativos, todo lo que había comprado pensando en un viaje largo, las ojotas que me regalo mamá, el botiquín que me regalaron las chicas, todas las mallas, 750 ml de shampoo más 750 ml de acondicionador y la infaltable crema de los rulos, las patas de rana, el snorkel, una camperita que compre en Londres y nunca use ….
Después de llenar papeles, llamamos al assist card me di cuenta que lo que compre no sirve para nada, mejor que me cuıde la vırgen.
Las valijas finalmente llegaron al hotel, justo 1 día después que nosotras.

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